Hacía 15 años que no la visitaba y sigue y seguirá igual de bella. Hay que subir al casco antiguo, calles sinuosas y estrechas según la ruta que se coja para ir con el coche. Aparcar, de momento sólo gratis en el barrio del castillo arriba del todo; el resto zona verde o zona azul la parte de abajo o a un parking (1,80 la hora donde lo aparcamos nosotros). Bien para callejear por el casco durante una mañana disfrutando su arquitectura. Imprescindible cruzar el puente san pablo, las casas colgadas, asomarse a ambas hoces y merece la pena visitar alguno de los museos del casco.
Miguel
5.0
Merece la pena pasar un fin de semana en Cuenca, una ciudad pequeña, pero con mucho encanto. Evidentemente es obligada la visita a la Ciudad Alta. Fuera de la capital, el ventano del diablo ofrece unas vistas maravillosas.
Hacía 15 años que no la visitaba y sigue y seguirá igual de bella. Hay que subir al casco antiguo, calles sinuosas y estrechas según la ruta que se coja para ir con el coche. Aparcar, de momento sólo gratis en el barrio del castillo arriba del todo; el resto zona verde o zona azul la parte de abajo o a un parking (1,80 la hora donde lo aparcamos nosotros). Bien para callejear por el casco durante una mañana disfrutando su arquitectura. Imprescindible cruzar el puente san pablo, las casas colgadas, asomarse a ambas hoces y merece la pena visitar alguno de los museos del casco.
Merece la pena pasar un fin de semana en Cuenca, una ciudad pequeña, pero con mucho encanto. Evidentemente es obligada la visita a la Ciudad Alta. Fuera de la capital, el ventano del diablo ofrece unas vistas maravillosas.