Tiene lo difícil: buen personal en recepción, edificio chulo, un sitio en el centro de la ciudad con aparcamiento gratuito, una fantástica piscina termal exterior (son 2 una “de niños” más caliente porque a rellenan cada dos días con agua directamente termal; y otra templada). Pero falla en lo fácil e imprecidible: limpieza deficiente (almohadas sucias), muebles de hierro que parece oxidados (cambiar a madera), Tele con TDT que demuestra que llevan mucho tiempo sin reformar, desayuno muy pobre, detalles como ponerse a podar cuando la gente está haciendo el chek out y no puedes sacar bien el coche… con una pequeña inversión sería un hotelazo.
Rocío
3.0
Las piscinas exteriores están muy bien, pero pueden ir no alojados y eso hace que en verano se llene de niños que se tiran sin cuidado y molestan.
La ubicación es muy buena, en el pueblo. El chico de recepción era muy atento y muy amable, excelente su profesionalidad.
Respecto a la habitación, nos dieron una habitación en el jardín, frente a la piscina, era tremendamente húmeda y el baño olía muy mal. El mobiliario parecía oxidado. Había muchos mosquitos.
El desayuno demasiado sencillo, básicamente café, tostadas, un zumo malísimo, algo de fruta y embutido.
Tiene lo difícil: buen personal en recepción, edificio chulo, un sitio en el centro de la ciudad con aparcamiento gratuito, una fantástica piscina termal exterior (son 2 una “de niños” más caliente porque a rellenan cada dos días con agua directamente termal; y otra templada). Pero falla en lo fácil e imprecidible: limpieza deficiente (almohadas sucias), muebles de hierro que parece oxidados (cambiar a madera), Tele con TDT que demuestra que llevan mucho tiempo sin reformar, desayuno muy pobre, detalles como ponerse a podar cuando la gente está haciendo el chek out y no puedes sacar bien el coche… con una pequeña inversión sería un hotelazo.
Las piscinas exteriores están muy bien, pero pueden ir no alojados y eso hace que en verano se llene de niños que se tiran sin cuidado y molestan.
La ubicación es muy buena, en el pueblo. El chico de recepción era muy atento y muy amable, excelente su profesionalidad.
Respecto a la habitación, nos dieron una habitación en el jardín, frente a la piscina, era tremendamente húmeda y el baño olía muy mal. El mobiliario parecía oxidado. Había muchos mosquitos.
El desayuno demasiado sencillo, básicamente café, tostadas, un zumo malísimo, algo de fruta y embutido.